jueves, 7 de septiembre de 2017

Genialidad de película: Cadena perpetua

No es fácil hacer una reseña de una película de la categoría de Cadena Perpetua. Una cinta que he visto tantísimas veces y que por más que la repita, siempre me consigue emocionar. De esas que provocan que se muevan esas cosas invisibles y desconocidas en tu interior. Tanta adoración siento por ella que no sé por dónde empezar.




Sinopsis

Andrew Dufresne, tras ser acusado del asesinato de su mujer y de su amante, es enviado a cumplir dos cadenas perpetuas. Poco a poco, gracias a su inteligencia y educación, empieza a ganarse la confianza de otros prisioneros, y también del alcaide de la cárcel. Pero durante todos los años que pasa allí, también llega a conocer el verdadero significado del sufrimiento.

Pese a considerarse por todos una de las mejores películas de todos los tiempos, no recibió ningún Oscar, ya que en su edición, tuvo a rivales de la talla de Pulp Fiction y Forrest Gump. Pero ni falta que le hizo llevarse las estatuillas doradas para lograr pasar a la historia como una de esas películas que representa al cine en mayúsculas.

Es una historia que está contada de una forma tan magistral, aportando todo lo necesario para emocionar al espectador, que todos los que hemos disfrutado con esta cinta deberíamos escribir una carta de agradecimiento a su director, Frank Darabont, para que nunca olvide la perfección que realizó.

Pocas películas han tratado mejor el tema de la complicada vida en prisión. Para ser más exactos, ¨Cadena Perpetua¨ llega a donde otras no han podido, que es tratar los efectos y consecuencias de lo que significa pasar toda una vida adulta encerrado en la cárcel, rodeado por gente de todo tipo: personas con buen corazón pese a haber cometido sus pecados en el pasado, granujas a los que les importa poco estar pagando un castigo en la cárcel y siguen jodiendo la vida a otros, guardias que más que proteger al preso representan una amenaza para él, y un director del centro muy engreído que es un verdadero capullo.

Todo ello, visto desde dos puntos de vista. Por un lado, la película está acompañada por la narración de Red (Morgan Freeman, en uno de sus mejores papeles), que es el mejor amigo dentro de la prisión del verdadero protagonista de la cinta, Dufresne (Tim Robbins), un tipo realmente inteligente y con una educación que es raro encontrarse en la cárcel. Gracias a esas dotes, sumado a las habilidades que tiene por su pasado como banquero, logra ganarse el respeto de muchos dentro de la instalación penitenciaria, incluso de los propios trabajadores.

El gran encanto de la trama es la forma en la que trabaja la amistad entre sus dos protagonistas, llegando a ser, muy posiblemente, la mejor película sobre dos amigos que se ha filmado. La relación entre ambos avanza con delicadeza desde ese comienzo donde ambos mantienen la distancia, pasando por ese proceso en el que uno conoce al otro haciéndose mucho más fuerte la amistad, y terminar con ese final del que mejor no decir nada, porque ni falta hace hablar sobre una escena tan gloriosa.

Entre el apartado de personajes, a mí me conquistó el anciano ¨Brooks¨, por su entrañable apariencia y esa actitud tan tierna que le hacía llenar la pantalla cada vez que aparecía. Incluso su pequeño pájaro que cuida durante tantos años, simboliza un paralelismo muy profundo con su propia vida. Pero sobretodo, este personaje encanta por esa dura al tiempo que dramática vuelta al mundo real que experimenta, que consiguen aportar minutos de oro a la película. Minutos de oro y de auténtica crudeza para el espectador, porque es imposible no sentir pena por ese individuo, ya que su vuelta a la realidad demuestra que ciertos presos que han vivido siempre en la cárcel no consiguen acostumbrarse al mundo libre, y son incapaces de vivir en tal estado que cualquiera desearía.

En realidad, esa sensación de lástima por lo que le ocurre a ciertos personajes es algo que se va repitiendo durante toda la obra, ya que en realidad, aparecen escenas durísimas y realmente fuertes para el espectador. Pero esos instantes son necesarios para poder alcanzar el mensaje de la película, que pretende lanzarnos una lluvia de esperanza y optimismo ante la vida, ya que su protagonista, es el exponente perfecto de los frutos que puede generar la paciencia, el trabajo y la perseverancia.

El propio Dufresne, en la cárcel consigue conocer el significado de la amistad, y considerar a sus amigos presos como su propia familia, llegando a cuidarlos incluso más que a su propia mujer cuando era un hombre libre. Y precisamente ellos son los que le aportan la fuerza necesaria para escapar de los problemas que allí encuentra.

Si la tuviera que definir en una palabra la denominaría: CONMOVEDORA, porque regala momentos realmente exquisitos. Lejos de durar poco, ya que sobrepasa las dos horas, cuando termina, parece que te quedas con ganas de más. Con ganas de que la historia continúe. Me pregunto, ¿Cuántas películas logran eso?

¨Las cosas buenas
no hace falta entenderlas¨

PUNTUACIÓN

Personajes: 10 (Una colección de personajes de oro, cuyas interpretaciones sería imposible superar).

Trama: 10 (Lo que en un primer momento puede parecer una historia más dentro del repetido tema del cine carcelario, logra marcar la diferencia con sus toques de calidad).

Temas: 10 (Aunque el tema central considero que es la esperanza, aparecen otros muchos como la constancia, el esfuerzo, o la amistad).

Estilo: 10 (Dirigida de una manera impecable, además de estar acompañada por una banda sonora suave y de un estilo justo para embellecer aún más esta película)

Ambientación: 10 (El escenario principal es la cárcel de Shawshank, y otros lugares que representan de forma general ¨el exterior¨, consiguiéndose un entorno que encaja a la perfección con lo que necesita cada personaje).

Desenlace: 10 (Uno de los mejores finales que ha dado el cine, con el que los más sensibles no podrán evitar llorar).


NOTA GENERAL: 10

2 comentarios: